Alfonso Rivera.- La semana pasada perdimos a una de las más grandes leyendas de los Tuzos: Miguel Calero. Por sorpresa nos tomó a la mayoría esta noticia pues la información era que el ‘Cóndor´ iba mejorando su estado de salud.
El domingo 2 anduve por el hospital Médica Sur, donde pude ver a la familia de Miguel comiendo en el restaurante del nosocomio. Saliendo de ahí encontré a sus hijos y les pregunté que como seguía su padre, respondieron que iba mejor y que agradecían el apoyo brindado.
Al día siguiente se da a conocer que Calero sufría muerte cerebral. Me estremeció la noticia. Lo primero que pensé fue en su familia, se notaban tranquilos y me imaginaba lo devastados que estarían con esta noticia.
El martes se dio el fatal desenlace y, como muchos de ustedes, salieron las lágrimas por la inesperada perdida de un ídolo, un hombre que nos dio muchas alegrías y que siempre entregó todo por los colores del Pachuca. Por la noche en el auditorio Gota de Plata fue impresionante la entrega de su hinchada cantándole y recibiéndolo calurosamente, con lágrimas en los ojos como si fuera un miembro de su familia.
El miércoles en el estadio Hidalgo, ese césped donde nos dio tantas satisfacciones, dio su última vuelta olímpica, una vuelta distinta, una vuelta de tristeza, una vuelta de despedida. Muy emotiva resultó la ceremonia del último adiós a Miguel y después lo acompañaron hasta el cementerio, entregándole todo el aliento y dejando en claro que jamás se le olvidará.
Nos deja Miguel Calero, un guerrero de las canchas, excelente amigo y un gran hombre de familia. Deja un gran hueco en el club y todos los homenajes que se le hacen son muy merecidos.
La nueva etapa
Pinta bastante bien lo que viene para los Tuzos. Están realizando modificaciones interesantes y adecuadas, además de tener a uno de los máximos referentes en el banquillo, lo cual ayudará a imprimirles el espíritu de Pachuca a los jugadores.
Nery Castillo, Raul Tamudo, Alberto Medina, Segundo Castillo, José Francisco Torres, Leobardo López, Mauro Cejas, Nestor Calderon y Felix Borja son, hasta el momento, las bajas registradas, mientras que el colombiano Christian Marrugo, Daniel Ludueña, Christian Suárez, Fernando Navarro, Abraham Carreño y el regreso de Jaime Correa son las altas, esperando que se registros un par más por lo menos.
Estos refuerzos vienen bien para apuntalar varias posiciones y cubrir los espacios que dejan los elementos que salen, los cuales ya habían cumplido su ciclo o nunca cumplieron con su labor, salvo Jose Torres, Leo López y Segundo Castillo que eran elementos regulares y constantes. Jaime Correa será el hombre de experiencia y que llevará en la cancha esa identificación con los colores blanquiazules.
Se vislumbra una buena época para Pachuca, deseo que sea así y que Gabriel Caballero triunfe en la dirección técnica.
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