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¡Hasta pronto Miguel!

Carlos Figueroa.- Que tal amigos de iTuzos.com, es triste saludarles después de lo acontecido en la semana, es por eso que hoy no habrá una columna como tal en ‘El Deshuesadero’, sino una despedida al futbolista, al portero, al capitán, a la persona, al compañero y al amigo. Hoy aprovecharé este espacio para despedirme de Miguel Calero.

Uno no entiende los designios de Dios ni hoy ni nunca. Y hoy duele perder a una persona que dio tanto a mucha gente y no hablo de títulos, sino de esas alegrías que pocos conocían acerca del gigante colombiano. Sin duda alguien sencillo, humilde, alegre, bromista, comprometido, amoroso y siempre respetuoso. Una persona que se entregaba a sus semejantes con detalles tan pequeños que les dibujaba una sonrisa hasta en los problemas de salud. Miguel era grande y no solamente de estatura, tenía un gran corazón.

Dios necesitaba a un arquero en su marco celestial y es él mismo quien le dará pronta resignación y alivio a toda tu familia, a la gente que siempre lo quiso y quienes siempre lo llevaremos en el corazón y en nuestros recuerdos

Al ‘Show’, el futbolista:

Gracias por todas y cada una de las entrevistas que me concediste y por enseñarme que la HUMILDAD es la clave de todo. Siempre admiré tu entrega, garra, pasión, coraje, liderazgo, mentalidad, fuerza y amor por la profesión, no cabe duda, ¡como futbolista, fuiste todo un ‘Show’!

Al ‘Cóndor’, el portero: nadie conocía el arco como tú, nadie sacaba balones de los lugares más impensables, sólo tu sabías atajar bien los penales, nadie surcaba los aires tratando de salvar su portería. Gracias por decirle ¡NO! a Landon Donovan y por levantar la primera copa internacional para el futbol mexicano.

A Calero, la persona: por el respeto, cariño y dedicación que siempre diste tanto adentro como afuera del campo. Tenías un gran corazón y siempre buscaste ayudar a quien pudieras.

¡Hasta pronto Miguel!

A Miguel, el amigo: Gracias por los momentos, los recuerdos, las bromas, las risas, las pláticas y los consejos. Seguiré con lo que habíamos planeado, compraré tu boleto y me iré a ver a Pablo Hermoso de Mendoza en la Plaza México.

Muchas gracias por todo lo que pude aprender contigo. Sin duda fuiste un ejemplo para muchos, yo incluido.

Ahora, escuchar esta canción tendrá un nuevo sentido, tu favorita.

Dios te bendiga a ti y a los tuyos.

No me despido, no te digo adiós, solamente ¡Hasta Pronto Miguel!

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